Categories
Comentario sobre textos Coyuntura Notas de lectura Reflexión Reseñas de libros

Reseña: Morir el cielo (2024) de César Panduro

Apuntes sobre Morir el cielo de César Panduro

Por Cristian Briceño

Novela que intenta recrear múltiples registros: el profesor adicto a un repugnante partido político, la prostituta enamoradiza y de sentimientos redentores, el hombre de buen corazón y, desde luego, con aficiones literarias que busca en un lupanar el antídoto para sus desengaños, la mujer adúltera enamorada de un catedrático mayor, casado y adúltero, también, la esposa de este y una tarotista que funge de psicóloga, el oficial de policía joven y ambicioso, el estudiante de letras con clara filiación izquierdista, sujetos del lumpen provinciano, brujas blancas y oscuras, algunos estudiantes más, policías genéricos, ciudadanos de patente honradez y vidas anodinas. Es probable que esta pluralidad de voces le recuerde al lector aquel cuento, a lo mejor no tan conocido, de J. R. Ribeyro titulado «Fénix». El discurso reproduce lo que piensan los personajes, con lo que hay casi una ausencia de diálogos; el autor cede su voz a la de sus personajes, y de esta forma se van alternado sus impresiones, sus temores, con un interés algo artificial por ver avanzar la trama; a menudo un personaje da paso al otro mencionando su presencia, a pesar de que no se conocen: uno dice, quién será esa persona que va pasando por ahí, y la voz de ese sujeto mencionado se inmiscuye en la narración; otras veces, la sola evocación de alguno de ellos convoca la voz requerida, y así se construye el argumento de una manera, digamos, forzosa. Los hechos empiezan en una casa de huéspedes similar a la pensión Vauquer balzacquiana, sin embargo, en pocas páginas, el recurso de encuentros y fisgoneos en este reducido edificio parece agotarse (léase, es desechado) o parece no ser útil para redondear los registros que nuestro autor se empeña en construir. Así, el autor hace salir al mundo a sus personajes, y este mundo es ni más ni menos que la ciudad de Ica. Sin embargo, Ica tiene dos caras; los personajes que no pertenecen al lumpen propiamente dicho, esto es, el hombre engañado, la mujer adúltera, el catedrático, etc., suelen acercarse a un paisaje que nos entregan —luego de pasar por el filtro de sus sentidos y ser traspuestos, posteriormente, al orden gramatical— de forma poética. Incluso la prostituta, alcanzada por el amor que siente por el joven engañado, busca la metáfora, da con el símil, para modificar su entorno de luces de neón rojo, aroma a desinfectante de baño y parroquianos sin rostro.

Para continuar con la lectura de la reseña, puede dar click AQUÍ.

Categories
Comentario sobre textos Coyuntura Reflexión Reseñas de libros

Reseña: Los placeres del silencio (2023) de Francois Villanueva Paravicino

Un comentario sobre Los placeres del silencio de Francois Villanueva

Por Cristhian Briceño

En el año 82 Lauer declara lo siguiente durante un conversatorio sobre narración y poesía en el Perú, publicado luego por la editorial Hueso Húmero:

Es interesante el que la sensibilidad modernista se siga manteniendo vigente, y yo me atrevo a decir que todavía hoy es la sensibilidad más difundida en el campo de la poesía.

Cierto. En el imaginario nacional la poesía suele empezar y acabar con «Blasón» o «Los heraldos negros»; más allá se encuentran Eguren, Adán, Moro, la generación del 50; todavía más alejados Cisneros, et al. No puedo imaginar una actuación escolar donde se recite algún poema de Las ínsulas extrañas o de Consejero del lobo; en los años 90, por lo menos, lo usual era declamar con afectación «¡Quién sabe!» de Chocano. Al día de hoy esto podría haber cambiado, no lo sé. Dicho esto, paso a hablar de Los placeres del silencio de Francois Villanueva.

Para continuar leyendo la reseña, puede dar click AQUÍ.

Categories
Comentario sobre textos Coyuntura Notas de lectura Presentación de libro Reflexión Reseñas de libros

Reseña: La escritura quedó aquí (2023) de Braulio Paz

Un impulso que nos llama desde el futuro.

Sobre La escritura quedó aquí de Braulio Paz

Por Cristhian Briceño

Anécdota. Del griego anékdota. Lo no publicado, lo inédito, aquello que está por contarse ante muchos, ante pocos, incluso ante un solo individuo. Podría ser el mensaje en una botella que se lanza a aguas inciertas o la inspección cotidiana escrita en las páginas de un diario íntimo. Hay mucho de confesión en esta idea de revelar lo nunca antes dicho. Si la ocasión es feliz, probablemente la anécdota también lo sea; si es desafortunada, etc. Braulio Paz ha decidido emplear el recurso de la anécdota para abrir su nuevo libro. En este primer ciclo de poemas se nos descubre a un yo poético con la mirada puesta en el pasado, haciendo recuento de lo visto, de lo sentido, de lo aprendido. Como el narrador de En busca del tiempo perdido, el yo poético de La escritura quedó aquí comprende que su estado de gracia se encuentra en la infancia, ese tiempo idílico donde el individuo moldea su ser y construye sus pasiones, sus fobias, sus futuras habilidades. En estos poemas iniciales se advierte la ansiedad por recuperar paraísos perdidos, por traer al presente el verdor del recuerdo y la luz de lo ya extinto, con una nostalgia que es propia de quien inicia un viaje inmediato al presente y se encuentra, de pronto, en el centro de lo desapacible. Por ello, los versos parecen desplegarse en el curso de un interminable paseo donde el yo poético nos entrega imágenes casi bucólicas:

Para continuar leyendo la reseña, puede cliquear AQUÍ.

Categories
Comentario sobre textos Coyuntura Reflexión Reseñas de libros

Reseña: Réquiem (2022) de Moisés Jiménez

Apuntes apresurados sobre Réquiem

Por Cristhian Briceño

Los folios sin numerar de Réquiem, sujetados artesanalmente por un fástener metálico, contienen un canto desaforado sobre la penuria de existir. Estas penurias, o, mejor dicho, esta ultraconciencia de un sempiterno padecer, son enunciadas por el yo poético a partir de su visión de la enfermedad y las nítidas reflexiones y epifanías que el dolor corporal/metafísico causan en aquel que aloja en su cuerpo algún tipo de patología, pero, más precisamente, en quien se convierte en veedor del sufrimiento y asiste al espectáculo del deterioro y la desaparición, como sucede con el narrador del célebre poema en prosa «Las ventanas se han estremecido…». Al parecer, Moisés Jiménez (Arequipa, 1993) ha aprovechado el trauma pospandémico para activar ciertas características en su discurso, aunque, como es obvio, el tema es atemporal y funciona, asimismo, como uno de los móviles más requeridos en el teatro del mundo; enfermedad y muerte son, entonces, dos personajes que dinamizan las relaciones humanas, potencian los placeres, amplían vocabularios, prometen redención: «Solo en tu guisa muerte los muertos pueden regresar». Es tanta la influencia de la enfermedad y la muerte en el yo poético que por momentos hacen que éste se fragmente, y entonces la voz que enuncia los versos con solemne y retórico patetismo se transforma en una pura confesión, en declaración despojada de adorno, el testimonio fluye persistente, sin trabas, con un naturalismo tal que podemos percibir, por esa grieta, la orfandad del hombre:

Para continuar con la lectura de la reseña, cliquee en este espacio.

Categories
Comentario sobre textos Coyuntura Notas de lectura Presentación de libro Reflexión Reseñas de libros

Reseña: Jardín zen (2022) de Miguel Sanz Chung

Las palabras beben del mismo manantial. Sobre Jardín zen de Miguel Sanz Chung

Por Cristhian Briceño

Los poemas de este libro se ubican entre el observar y el decir, en ese instante donde la contemplación diseña su estrategia, revela su potencial y anticipa su efecto, pero sin desatar el artificio de la enunciación cuantiosa; sucede como en ese famoso haiku de Yosa Buson: «Ante el crisantemo blanco, las tijeras dudan un instante». A lo largo de la obra de Sanz Chung encontramos algunos precedentes. En Quién las hojas, el elemento poético presente ya en el título duda de su naturaleza: es la hoja de un árbol, pero también el papel en blanco o el afilado acero que acaricia una barbilla; en su Diccionario elemental, las palabras dudan también de su valor semántico, de sus etimologías, y terminan revelando significados surgidos de la ironía y de la imaginación. Si bien esta estrategia podría asumirse, sin más, como metáfora o símil, yo diría que el autor toma otro camino: muchos de sus personajes inician una lenta trasformación que se interrumpe cuando empieza a atisbarse un destino. En Jardín zen, la evolución de los personajes y de las emociones es cuestión de una decena de versos depurados con una técnica excelente: «Ahora el dolor no necesita de tantos versos» (p. 23); al final, el tiempo parece ralentizarse hasta adquirir una dureza sentenciosa. Sin embargo, en este arco evolutivo siempre es posible reconocer cómo el yo lírico se inserta a sí mismo dentro la naturaleza y él mismo se vuelve naturaleza viva, o, en todo caso, asume las características de lo vegetal:

Para continuar leyendo la reseña, puede ingresar al enlace del texto completo.

Categories
Comentario sobre textos Notas de lectura Reflexión Reseñas de libros

Reseña: Cuando la poesía florece el jardín arde (2023) de Marco Gonzales

Una minúscula utopía. Cuando la poesía florece el jardín arde de Marco Gonzales

Por Cristhian Briceño

En este volumen parecen coexistir dos libros. El primero está conformado por textos de largos títulos, a menudo descriptivos, los cuales dejan anticipar lo que se viene, ora la impronta orientalista, ora la voz coloquial; son poemas donde el elemento narrativo va construyendo no una historia sin más, sino una amplia metáfora que prescinde de la parábola o del desenlace: ahí está, por ejemplo, la imagen de lo trascendente que nos pasa desapercibido o de la libertad largamente reconquistada, por mencionar algunas. El segundo libro está ordenado por números y lo conforman poemas de índole reflexiva; encontramos aquí una especie de fervor en la palabra y en lo que ésta significa para la edificación de la realidad donde habitamos; el epígrafe del volumen intenta justificar este segundo libro: «muerte y vida están en poder de la lengua, el que la ama comerá su fruto»; aquí, el poema se torna intuitivo, y, según entiendo, es esta intuición la que el autor intenta ensayar en los poemas narrativos. Lo que se intuye, sin duda, es la poesía que promete la palabra, aquello que, a manera de profecía, se va formulando y fortaleciendo a lo largo de las páginas e ingresa en el terreno de la fe, de lo venerable, de lo inalcanzable. En verdad, la alternancia de los poemas es un acierto del presente volumen y, así, se encuentra un equilibro entre la acción y su justificante. El autor, Marco Gonzales (Chiclayo, 1982) parece entregarnos esta dinámica como una forma de plantear su credo poético, aquel que nace de un recogimiento hacia su interioridad para explorar desde ahí sus posibilidades en cuanto a creador. He dicho que parecen alternarse dos libros, pero esta cohabitación se transforma en pura simbiosis: libro A y libro B van trenzando sus naturalezas a la manera de un caduceo, de una doble hélice. De eso trata el volumen.

Para continuar leyendo la reseña, puede descargar el texto completo en este enlace.