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Reseña: Fortuna (2023) de Hernán Díaz

La mejor novela del 2023

Por Omar Guerrero

Fortuna (Anagrama, 2023) del escritor argentino Hernán Díaz (Buenos Aires, 1973) fue finalista del Booker Prize 2022 y ganadora del Premio Pulitzer a Obras Literarias de Ficción del 2023 por la edición original de esta novela titulada Trust (Riverhead, 2022); considerada, además, por importantes medios como The New York Times, Washington Post y Times como una de las mejores novelas en inglés del 2022. Cabe aclarar que Hernán Díaz, a pesar de ser argentino y hablar como cualquier porteño, pues así lo demostró en su corta visita en la Feria Internacional del Libro de Lima en el mes de julio, pasó su infancia en Suecia, su juventud en Londres y desde hace veinticinco años reside en Brooklyn, New York, donde se desempeña como profesor de la Universidad de Columbia, razones suficientes para decidir escribir primero en inglés, sobre todo al tener como principal antecedente a autores de la literatura en este idioma como Dickens, Melville, James o Scott Fitzgerald. Lo mismo pasó con su primera novela A lo lejos (Impedimenta, 2020) traducida por el escritor español Jon Bilbao y que también terminó valiéndole varias nominaciones a premios importantes como el PEN/Faulkner. Lo cierto es que esta nominación y este importante premio para su segunda novela Trust anunciaban por anticipado su éxito como una de las mejores novelas traducidas al español en el 2023. Y no sólo eso. También ya se confirmó su producción como miniserie para la cadena HBO donde se incluye la participación de Kate Winslet como actriz y productora.

La novela está dividida en cuatro partes que cuentan una misma historia a modo de rompecabezas literario con distintas versiones y narradores, por lo que se le considera una novela polifónica y, a la vez, experimental. Lo más interesante es que sus personajes varían de nombres y posturas. Aun así, no dejan de estar relacionados con el dinero y el poder en los Estados Unidos durante los años veinte del siglo pasado, incluida la crisis económica de 1929. Aunque lo que más sobresale en cada una de estas partes es la fuerte presencia femenina en un mundo que estuvo marcado por lo masculino o lo patriarcal, sobre todo por tratar temas financieros y económicos. Otro de los elementos que también sobresale es el capitalismo considerado como un sistema o un orden inagotable a pesar de sus reiteradas crisis. Un hecho adicional que se encuentra en la lectura es la detallada documentación que se usa para respaldar la ficción en cada una de estas partes.   

La primera parte lleva por título «Obligaciones. Una novela por Harold Vanner» que está compuesta por cuatro capítulos y cuyos personajes principales son el magnate Benjamin Rask y su esposa Helen Breevort. En esta parte se cuenta, en formato novela, las vidas de esta pareja de esposos que marcó el mundo financiero de los años veinte en Estados Unidos. Por ejemplo, así se describe el tesón de uno de ellos: «La disciplina, la creatividad y una regularidad digna de una máquina eran factores esenciales en el nuevo nivel de éxito de Rask» (p. 76, según versión digital). Aquí el tema de la crisis financiera de 1929 también se presenta como un hecho importante: «El miércoles 23 de octubre, una avalancha descomunal de órdenes de venta inundó el recinto de la bolsa. Nadie sabía de dónde venía aquel alud, pero al cerrar Wall Street, solo dos horas más tarde, el mercado había caído más de veinte puntos» (p. 85, según versión digital). Otro de los temas importantes en esta primera parte es la salud de Helen Breevort cuyo problema afecta, en parte, a su esposo Benjamín Rask: «Mientras Benjamín salía a toda prisa, el chofer lo puso sobre aviso de que las ampollas que su mujer tenía en la cara eran feas, muy feas» (p. 121, según versión digital). Por supuesto que esta historia, tal como la anuncia desde su título, es una ficción. Sin embargo, su fuente proviene de una supuesta historia real, según el juego ficticio propuesto por el autor. Por eso en la segunda parte de la novela se conocerá la historia de los Bevel, una pareja de esposos cuyas vidas se parecen mucho a los personajes de la novela de este autor ficticio llamado Harold Vanner.

La segunda parte se llama «Mi vida por Andrew Bevel» quien decide contar su historia a partir de su descontento con el éxito de una novela cuyos personajes se parecen mucho a las vidas que han tenido él y su esposa Mildred, quien, por coincidencia, también tiene serios problemas de salud. Esta especie de autobiografía extendida, o memorias, está compuesta por un prefacio y siete capítulos titulados de la siguiente manera: I. Antepasados. II. Educación. III. Negocios. IV. Midred. V. La prosperidad y sus enemigos. VI. Restaura nuestros valores. VII. Legado. Cada uno de ellos está compuesto por subcapítulos con distintos títulos que corresponden a sus seres queridos hasta lo que ellos han formado como empresarios y también como familia. Así lo demuestra este fragmento: «Los Bevel hemos sobrevivido a numerosas crisis, pánicos y recesiones: las de 1807, 1837, 1873, 1884, 1893, 1907, 1920 y 1929. Y no sólo las hemos sobrevivido, sino que hemos emergido de ellas más fuertes, teniendo siempre en mente el interés de nuestra nación» (p. 185, según versión digital). En esta autobiografía, el narrador también incluye ciertas deducciones en torno al dinero. Aquí un ejemplo: «La relación del dinero con el individuo es completamente accidental» (p. 231, según versión digital). También se revelan otros intereses fuera del dinero: «El resto del texto fue una combinación de mis deseos más sinceros (viajar y escribir)» (p. 236, según versión digital). Por supuesto que este narrador se otorga el permiso para criticar la novela contada en la primera parte del libro y cuyos personajes, como ya se ha dicho, se asemejan demasiado a la vida de los Bevel. Parte de esta “crítica” termina explicando su metadiégesis y su éxito editorial: «Pero pocas novelas como Obligaciones se centran en el proceso en sí de la acumulación de capital» (p. 262, según versión digital). «The New Yorker dijo que la novela era un simple succés de scandale que había obtenido notoriedad por ser una roman à clef» (p. 263, según versión digital). «Helen, la mujer de Benjamin Rask, constituía para mí el centro absoluto del libro» (p. 264, según versión digital). «¿Por qué necesitaba Vanner destruir a Helen?… Y por encima de todo, ¿por qué representarla como loca? Estaba claro que se había tomado toda clase de libertades con la historia» (p. 264, según versión digital). «Por supuesto, no hay ni un solo ejemplar de Obligaciones de Harold Vanner» (p. 267, según versión digital). «Me vinieron a la cabeza los productos relacionados con El gran Gatsby que se vendían en la tienda de regalos de abajo» (p. 268, según versión digital). «Sería un error formular cualquiera de las innumerables preguntas que tenía sobre la relación entre la novela de Vanner y la vida real de Bevel» (p. 272, según versión digital). Uno de los hechos más importantes en el final de esta segunda parte es la presencia de un personaje femenino cuya labor será trascendental, sobre todo por su protagonismo en la tercera parte de la novela. Así es cómo este personaje femenino hace su aparición: «-¿Cree que me podría hablar con algunas de sus amistades o con unos cuantos de aquellos músicos? Me ayudaría a tener una visión más amplia-. Señorita Partenza, si estoy escribiendo este libro es para detener la proliferación de versiones de mi vida» (p. 295, según versión digital).

Este personaje femenino es Ida Partenza, secretaria personal de Andrew Bevel, cuya labor en esta historia que ya ha sido contada será de gran importancia. En esta tercera parte titulada «Recuerdos de unas memorias» se compone por cuatro capítulos, cada uno con subcapítulos numerados que darán una nueva versión de lo ya contado, pero no por eso será repetitivo, además de ser un efecto tras bambalinas. Se suma los antecedentes políticos del padre de Ida Partenza como una contraparte del tan mencionado capitalismo proliferado en cada versión. Otro hecho importante es la presencia de un personaje enigmático cuya participación marcará un giro en los propósitos de los personajes anteriores: «Seré breve. Esto es lo que sé. Sé que eres la secretaria de Andrew Bevel. Sé que vas a su casa varias veces por semana, siempre por la tarde… Sé que Bevel te cuenta su vida. Y sé que tomas notas. -Hizo una pausa para ver el efecto de sus palabras en mí; lo miré con expresión neutra-. Eso es lo que sé» (p. 323, según versión digital).

Por último, en la cuarta parte del libro, se aborda el diario personal de Mildred Bevel que lleva por título «Futuros». Aquí la fragmentación prolifera a través de ideas, experiencias y pensamientos. Aquí dos ejemplos: «Leyendo «Flush». Estupenda, aunque la perspectiva del perro es inconsciente, lo cual me distrae» (p. 407, según versión digital). «Todo diarista es un monstruo: la mano que escribe y el ojo que lee proceden de cuerpos distintos» (p. 413, según versión digital).

Cada una de estas partes descritas y citadas son el corpus o la estructura de la que ya es considerada la mejor novela del 2023, no sólo por abordar el tema del dinero, tan escaso en la tradición literaria anglosajona, y más aún en la latinoamericana, sino porque utiliza la creación literaria, a modo de metadiégesis, como una herramienta que sirve para construir un verdadero artefacto literario digno de toda admiración.

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Datos del libro reseñado:

Hernán Díaz

Fortuna

Anagrama, 2023