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Reseña: Mañana y tarde (2023) de Jon Fosse

La vida de un hombre

Por Omar Guerrero

Mañana y tarde (Nórdica / De Conatus, 2023) de Jon Fosse (Haugesund, 1959), Premio Nobel de Literatura 2023, es el reciente libro traducido al español de este autor noruego que ha despertado el interés de todo el mundo a partir del galardón obtenido por el conjunto de su obra. Esta novela corta cuenta la historia de la vida de un hombre llamado Johannes, cuyo nacimiento se cuenta en la primera parte del libro. Incluso, la narración va más allá, pues se comentan muchas cosas que ocurren dentro de su familia antes de darse este nacimiento. Aquí se llega a saber parte de la historia de su padre Olai, un pescador que vive con su esposa Marta y su pequeña hija Magda. Todo empieza con la labor de parto de Marta con ayuda de una matrona llamada Anna. Y mientras se espera la llegada de este bebé que se llamará igual que su abuelo, se va deduciendo, además de pensar y decir muchas cosas sobre la condición del hombre y la vida: “Pues aquí pasa lo mismo con los hombres, sabes lo que traen ¿no? dice la vieja matrona Anna   Sí, ya, traen desgracias, dice Olai” (p.4). Por otra parte, también se profundiza sobre la presencia de Dios y su designio sobre la vida de los humamos y cómo debe tomarse esto que se destina o que se asume como un regalo divino: “[…] hasta ahora el buen Dios había venido a él, Olai tenía una buena vida, y con lo que él quería a su mujer y a su hija Magda, no tenía derecho a quejarse, claro que no, mientras tuvieran a Magda no podían quejarse de su suerte, más bien debían dar gracias a Dios nuestro Señor por habérsela concedido, así pensaban ellos, tanto Marta como él, pero resulta que un día a Marta empezó a crecerle el vientre y entonces vieron claro que Dios nuestro Señor iba a darles otro hijo y cuando no cabía ninguna duda, dieron gracias a Dios nuestro Señor por bendecirles con otro hijo y esta vez sería un varón, ahora nacería el pequeño Johannes, de eso Olai estaba bastante seguro, y ya habían llegado el día y el momento, solo que la cosa se alargaba y se alargaba, pensaba Olai […]” (p.6). Y, sin embargo, aquello que proviene de la religión o de lo que se considera un ser supremo también se cuestionan o se establecen dudas sin necesidad de caer en una herejía: “[…] ¿qué será? ¿quién puede decirlo? porque tiene que haber un espíritu de Dios que esté en todo y haga que las cosas sean algo más que una nada, que las transforme en sentido y en colores, y por tanto, piensa Olai, también las palabras y el espíritu de Dios deben estar en todo, pues sí, seguro que sí, piensa Olai […] pero que Dios lo decida todo y que todo lo que ocurre tenga un sentido divino, eso no se lo traga, la verdad como que se llama Olai y es pescador y está casado con Marta y es hijo de Johannes y como que ahora, en este mismo instante, va a ser padre de un niño chico que se llama Johannes por su abuelo.” (p.8). En este primer capítulo (como en el resto de la novela) llama la atención una puntuación que no se ciñe a la regla, pues se exceptúa en punto seguido y el punto aparte en casi todas sus líneas o frases, lo que produce una sensación acelerada en la lectura como si no hubiera descanso.

En el segundo capítulo, que es el más extenso y dónde se desarrolla gran parte de esta historia, se cuenta la vida de Johannes desde que es joven hasta su vejez, momento previo a su muerte, cuyo momento seguirá siendo consciente como cada hecho que ocurre en su vida. Todo este transcurrir de tiempo se agiliza y se abrevia a partir de la ausencia de puntuación (por lo menos así se percibe). En este segundo capítulo surgen otros personajes como Peter, el amigo de Johannes, quien tiene la característica de siempre llevar el pelo largo, y a quien Johannes promete cortárselo reiteradas veces, y con ello se deduce el transcurrir del tiempo. También aparecen más personajes como la numerosa familia que forma Johannes y otras personas allegadas con las que comparte distintos puntos de vista. Entonces vuelve a surgir el cuestionamiento de Dios y la religión como algo que puede resultar a favor o contra de las personas según sus creencias: “[…] Jakop el Zapatero era un buen hombre y además era muy creyente, un hombre de fe firme, desde luego, solo que él creía en lo suyo y dejaba que los demás creyeran en lo que les diera la gana, el Dios en que creía él estaba muy lejos de este mundo cruel, decía Jakop el Zapatero, porque ¿quién podía creerse que hubiera un dios bueno, omnipotente y omnisciente que gobernara este mundo? decía, no, su Dios de este mundo, aunque Él también estuviera aquí, eran otros dioses, otro dios, el que gobernaba esto, decía Jakop el Zapatero, y en eso debía de tener razón, piensa Johannes […]” (p.31). Se añade que Johannes es consciente de su envejecimiento, y con ello, de la experiencia que ha adquirido como sucede con cualquier hombre común y corriente, no importa que se trate de un simple pescador como lo fue su padre Olai. Y cada frase de este capítulo, incluido los diálogos, que tampoco están señalizados con guiones como parte de su excepción en la puntuación por parte del autor, se pueden conocer otros hechos o situaciones en la vida de Johannes como su cercanía con la vieja señorita Pettersen y la comercialización de los cangrejos que consigue en su labor de pescador. Se conoce también su fascinación por el cigarro: “Llevo sesenta años fumando, así que tendré que fumar los años que me quedan, dice Johannes” (p.73).  Un personaje que se vuelve trascendental en el final de esta historia (y también en la vida de Johannes) es su hija Signe, con quien tiene una situación que sobrepasa lo real (también podría determinarse como fantástico) para así determinar la cercanía de la muerte o su pronta llegada: “Y Signe avanza derecho hacia él y luego entra en él y Signe lo atravesó como si nada y él notó su calor, pero ella lo atravesó como si nada, como si nada, piensa Johannes, y Signe piensa que esto, esto, pero había algo avanzado hacia ella, lo vio perfectamente e intentó esquivarlo, apartarse, pero es que no se podía, vino derecho hacia ella y entonces, pues entonces no le quedó más remedio que seguir andando y resulta que lo atravesó como si nada y estaba muy frío, aunque tampoco es que doliera, simplemente estaba frío y desamparado, y qué horror, esto no puede contárselo a nadie, porque si lo cuenta creerán que se ha vuelto loca, piensa Signe ¿y qué le pasará a su padre? ¿no se habrá echado a morir también?” (p. 75). Y con la llegada de lo inevitable, del fin de la vida, Signe, la hija de Johannes, menciona, a través de su lamento, la bondad de su padre tan igual como podría suceder con cualquier hombre: “[…] y Signe piensa que ahora tiene que correr la cortina y mirar adentro, y seguro que ahí yace su padre, y estará muerto, padre Johannes, piensa Signe, ay qué lástima le da, su padre ha sido un bicho raro toda la vida, pero tan bueno y amable, y se ha dejado la piel en los suyos ¿y ahora se habrá marchado él también? Piensa Signe, ay qué pena, piensa Signe” (p.79). Y con este final previsto se entiende la analogía del título Mañana y tarde contenida en estos dos capítulos como si se tratase de una representación efímera de la vida misma que consiste en nacer, crecer, vivir, amar, envejecer y morir. Como punto final, no se puede dejar de mencionar la simpleza del lenguaje que, a pesar de su puntuación exceptuada, estimula a más de una reflexión.   

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Datos del libro reseñado:

Jon Fosse

Mañana y tarde

Nórdica / De Conatus, 2023