I.
Serpenteas entre mis lados,
los humedeces con tu lengua de sapo
te transformas en un bípedo interesante
aún con cola dando azotes,
te he elegido
y mientras me duele,
disfruto.
II.
La calma aguarda tras la mañana
el sol ilumina el rostro donde se estrellan aureolas de humo que creo desde mi boca
las piernas cruzadas
el vientre húmedo
tú,
reflejo en mi cuerpo
figura en mi cuerpo
aureolas que se estrellan en la nada.
III.
La danza,
perpetua danza
mi cintura y tus caderas,
el fuego
la danza,
la incredulidad frente al espacio,
el equilibrio
la danza,
las ganas cuando no son sólo ganas.
IV.
Hay una escena que ronda mi cabeza
vértebras sobre vértebras
la manipulación de la piel desde tus manos
los interruptores que encienden
la palanca que distrae
la genuflexión de la carne
cuando
ya no es pecado
la prostituta es la iglesia.
© Erika Almenara, 2006 |