Resulta
significativa la aparición facsimilar del Boletín
Titikaka (BT), publicación que desde
1926 hasta 1930 propuso difundir y discutir la vanguardia
intelectual de entonces desde la ciudad de Puno, encabezada
por el movimiento Orkopata. Debemos esta edición
al esfuerzo de Dante Callo, profesor de literatura
de la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa.
Y
decimos significativa no por el solo hecho de tratarse
de un documento de gran envergadura histórica,
sino porque el BT alcanzó una dimensión
continental. En sus páginas vertieron sus plumas
poetas e intelectuales de toda América Latina.
Este artículo viene a realzar precisamente
el horizonte de diálogo cultural que entabló
el BT con el resto de países latinoamericanos
y la trascendencia que esto implica para la cultura
peruana, sobre todo en nuestros días.
El
boletín inicia su primera época en agosto
de 1926 y concluye dos años después.
La segunda comienza en diciembre de 1928 y culmina
en agosto de 1929, salvo el número de 1930.
Para Churata y el grupo Orkopata, se trató
de una riquísima experiencia de intercambio
intelectual y literario con sus pares limeños
y de América Latina. Esta marca se aprecia
desde el primer ejemplar, apenas dos hojas mimeografiadas,
que dan cuenta de la resonancia alcanzada por el poemario
Ande, de Alejandro Peralta, hermano de Churata. "Ande
y la opinión de América" se titula
el primer artículo del BT, en el cual
se deslizan las impresiones que ha provocado este
libro de sentir autóctono e indigenista. Hasta
julio de 1927, durante doce entregas, el BT
recoge las elogiosas reseñas sobre Ande, gracias
a una eficaz estrategia de canje con revistas latinoamericanas
e incluso europeas. El BT se convierte en una
antología de comentarios que destacan la sensibilidad
emergente de raigambre andina, enmarcada prontamente
en el ideario izquierdista de y, particularmente,
en el suceso del muralismo mexicano, claro producto
estético de la revolución de 1910. De
ahí la militancia indoamericana e indigenista
a la que se suscribe el BT.
De
este modo, la cuestión indígena abordada
desde una perspectiva estética resulta central
para la línea editorial del BT. Para
los Orkopata, la identidad artística es el
espejo más contundente de los pueblos agobiados
por el "imperialismo estético". Confróntese
con las notas publicadas de setiembre de 1927 en adelante:
"Indoamericanismo estético", "Hacia
nuestra propia estética", "Camino
estético", "Neoindianismo",
entre otros.
Durante
su segunda etapa, el BT se inclina hacia la
problemática educativa y política ocupan
un mayor espacio. También la gramática,
con la asunción de una revaloración
de una lengua mestiza que incluya caracteres del quechua,
aymara y español. El esteticismo de los primeros
números parece haber dejado paso a un acercamiento
etnológico a la cuestión indígena.
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