Paul
Auster
La
música del azar
Anagrama,
2002 |
El sinfín del azar
Paul
Auster es quizá uno de los pocos escritores contemporáneos
que reúne en sus libros un total de características
loables por la crítica. Sus novelas presentan una
notable fluidez del lenguaje, una temporalidad expuesta
en paralelismos, y una amena contraposición entre
hechos extraordinarios y cotidianos; todas estas cualidades
envueltas por el eje central en la obra austeriana: el azar.
"¿Qué hubiera pasado si...?", es
la pregunta que delata los quebradizos límites de
la identidad y las certidumbres de la vida. Paul Auster
parte de este misterio: cómo una persona que podría
tener una vida "normal", decide arriesgarse para
aprender, en una situación desesperada, lo que el
destino tiene por enseñarle.
La
música del azar se inicia como muchas novelas
americanas clásicas: con el héroe que deja
una vida atrás, proponiéndose inventar una
nueva identidad para sí. Cuando Jim Nashe hereda
una modesta fortuna de su padre, abandona su trabajo como
bombero en Boston, parquea a su hija con su hermana, vende
sus posesiones, compra un coche nuevo y comienza a conducir
por las carreteras con la idea de hacerlo hasta que su dinero
se agote. Sin destino fijo (manejando siempre de noche y
durmiendo en cualquier motel de carretera), Jim siempre
despertaba con la irresistible urgencia de volver al Saab
rojo. Necesitaba aquella soledad, aquella carrera nocturna
por el vacío, aquella vibración del volante
en su piel. La velocidad como esencia, el goce de sentarse
en el coche y lanzarse hacia delante a través del
espacio. El auto convertido en un santuario de invulnerabilidad:
un refugio en donde la música de Bach y Mozart engloba
el paisaje, convirtiendo el mundo visible en un reflejo
de sus propios pensamientos.
El
mundo de Jim avanza rápidamente, mostrándole
que sin dinero ninguna libertad le será verdadera.
Es entonces que su vida toma otra vuelta inesperada: conoce
a Jack Pozzi, un joven jugador de póquer que le ofrece
la oportunidad de hacer algo efectivo, rápido y fácil;
convirtiéndose así en su socio capitalista.
Una partida frente a dos extraños millonarios puede
hacerlos ricos. A partir de ahí, la historia se enrumba
hacia la temática impredecible de la novela negra;
donde la vida aventurera de Jim, empotrada en la esfera
filosófica, le permite a Paul Auster explorar algunas
de sus preocupaciones preferidas: los papeles de la aleatoriedad
y de la causalidad; las consecuencias de la soledad, y las
limitaciones de la libertad y el lenguaje, las cuales desembocan
en un mundo indiferente.
Como
guionista y escritor, Paul Auster posee un estilo capaz
de abarrotar alusiones literarias en su ficción,
siendo la odisea de Jim Nashe un argumento perfecto para
enmarcarlo dentro de aquella selecta variedad de libros
anteriores a La música del azar. En cada caso, el
héroe abraza la idea de la libertad como herencia
del sueño americano, dejando el pasado atrás
para volver a empezar. Así, el paralelismo de acontecimientos
fantásticos surge con la aparición de un suceso
extraño (el cual rebota "casualmente" en
la misma historia), inesperado por uno siguiente.
Analogías
diversas. Auster juega ingeniosamente con ellas, edificando
variaciones en algunos de los temas de Beckett; creando,
al mismo tiempo, una narrativa que continuamente elude nuestras
expectativas.
©
Francisco Izquierdo
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