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No es, pues –dejémoslo de una vez en claro–, de un ataque sino de un hacer reflexión, de analizar, de cuestionar, los alcances de la modernidad en nuestras vidas.

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XYZ: Dilucidaciones sobre estilística y crítica de lo grotesco

por Christian Elguera Olórtegui

 

La mezcla late en el estilo de Palma, así como la deformidad, es decir, exageración, “el aspecto esencial del grotesco es deformidad” (Bajtin recordando a Víctor Hugo, 1987: 44); sino valga recordar el final de Rolland Poe – sin anotar sus excentricidades–, condenado a morir por su dios, el radio, y que acaba suicidándose en un teatro lleno de caterva; o del espectáculo organizado por la industria del cine que es llamado pastiche, menjurje y payasada.

El argumentador del film quiso pergeñar algo fantástico, eslabonando los tiempos mitológicos de las nereidas con el supuesto episodio de la llegada de la falúa, y el asalto de ella por la cuatro ondinas, escapadas de la isla en demanda de socorro y liberación de la monótona y suave , pero forzada situación de divinales ociosas y sin lasa distracciones propias de su sexo y juventud apasionadas , al lado de un mago que tenia tanto de Neptuno como de un Merlín valetudinario y anacrónico que no miraba ala vida terrena sino a los mundos astrales(Palma, 2006: 344)(3)

 

Artificialidad y ciencia

En la CF lo que hay de ciencia queda dosificado y se vuelve una herramienta, entonces se convierte en arte, arte que dándole una nueva rearticulación a la realidad la sume en una desestabilización de sus creencias, convirtiéndose en una invitación a reflexión por medio de su veta de anticipación, donde el presente es también el futuro, pero que se vuelve avater de las posibles consecuencias, las cuales van potenciándose en el ahora. De tal que en la CF importe el presente en la medida que permite estructurar su mundo futuro.

Pongamos el ejemplo de 19842, Un mundo feliz o Farenheit 451, novelas que problematizan el Poder, el Dominio, desde nuestros actuales sistemas de control, coercitivos y castradores, y es justamente en este punto donde la CF manifiesta su capacidad crítica. La CF por más que construya su autonomía siempre partirá del presente, siendo una posibilidad, un mundo alterno al nuestro en donde éste es juzgado o deformado según sus condiciones actuales. Si Palma elabora el tema de una humanidad artificial, es porque en su tiempo lo artificial, lo tecnológico, si bien se potenciaba como una oportunidad, con ella también se corría el riesgo de que el hombre se aleje cada vez más de su condición humana, y que la alineación, más que ser un mal sea visto como una moda. Concluiremos que si bien la CF debe su nombre a la ciencia no es ella lo que prima, pues de ser así la realidad que ella presenta no seria sino “un conglomerado de sinusoides, letras griegas, tensores y ondas de probabilidad. Y, lo que es peor: nada más que en eso” (Sábato, 1955: 367). Sin embargo, en la CF bulle una rica realidad, bulle una crítica al mundo que va deshumanizándose; ella se alimenta del hombre en la tecnología, no de la tecnología, motivo por el cual más que científica es humana y, por ende, su estilo no es otro sino el grotesco.

Expongamos dichas palabras en XYZ. Vemos en la novela el caso del creador Rolland Poe. Extravagante, irónico y sabio, Poe entabla la empresa de crear, de hacer científicamente dobles, a los que llama andrógenos. Ante dicho acto opta por copiar los modelos de estrellas hollywoodenses, estrellas que marcan el inicio de la tragedia cuando se revela su dobletud, es decir, cuando se descubre el proyecto y se convierten en atracciones, en apariencias. El punto aquí es su nula reacción ante tal descubrimiento, una tranquilidad propia del concepto mercantil y cultural que adiestra y domeña.

Aquí se revela una vez más el conflicto de la identidad, no obstante, el asunto se complejiza cuando observamos que dicho conflicto ya no es originado por un doble psíquico o folclórico sino por un producto de la ciencia, de la tecnología. No se trata aquí de una negativa o de algún tipo de nihilismo ante nuestra imperante tecnología, sino de ver los avisos, las señales, los signos, de examinar las advertencias y ver en cuánto hay razón o no acerca de lo que exponen y, por favor, no creer que por tratarse de literatura y en especial de CF dicha advertencia sea menos seria, cuando, por el contrario, sea tal vez la más sincera. No es, pues –dejémoslo de una vez en claro–, de un ataque sino de un hacer reflexión, de analizar, de cuestionar, los alcances de la modernidad en nuestras vidas. Cuando un lector se contacta con Lo Fantástico, con la CF en este caso, y con la literatura en general, hay en él un cambio, una transmutación que consigue como enfatiza Vargas Llosa en su conferencia Literatura y política:

“(…) un ciudadano critico frente a la realidad (…) al que es mucho mas difícil hacerle pasar gato por liebre; que se mantiene en un estado de perpetua desconfianza (...).  Expuesto a esa riqueza, a esa diversidad que es el mundo de la ficción, difícilmente se contentará ya como alguien resignado, fatalista, con ese mundo en el que vive. Estará en perpetua exigencia de algo distinto, de algo mejor” (Vargas Llosa, 2003: 55).

La critica que parte de XYZ es la del problema del hombre en la modernidad, el fracaso de su búsqueda, y el tardío reconocimiento de su fragmentación. Vemos el problema de la imagen convertida en un producto de entretenimiento. Asimismo, un punto que merece mención aparte es el de la falsa información y su total desvirtuación, así como la manera en que nos hacen ignorantes mediante medidas de control que se ocultan en imágenes “sanas”, en periódicos “veraces”; sino anotemos el momento en el cual el productor de la Metro Golwyn Mayer se encarga de ajustar los diarios a sus fines:

El reportaje llenaba toda la primera página del diario con un largo relato atiborrado de falsedades que solo podrán apreciarse si alguna vez esta exposición que hago aquí fuere conocida. Desde luego se falseaban completamente los detalles de la captura de las andrógenas y se ocultaba cuidadosamente el nombre del propietario de la isla. Explotándose la ingenua inclinación que tiene el público de todo el mundo, y muy especialmente el yankee (Palma, 2006: 338).

Para continuar haciendo énfasis en esta función develadora de XYZ –y con ello de la CF– recordemos las palabras iniciales del narrador testigo, William Perkins:


“…Porque no es una novela sino un atestado lo que quiero entregar al papel, no solo con la finalidad de refrescar mis recuerdos sino que también para que algún día lejano, cuando haya yo desaparecido(…) se conozca la verdad de las cosas, la que está muy lejos de ser lo que se expresa en el legajo que obra en los archivos de la policía de San Francisco con la sumilla inexpresiva de <<El caso de los dobles de Hollywood y la locura de MR. Rolland Poe(a) doctor XYZ>>” (Palma, 2006: 127).

Que se conozca la verdad a través de la ficción, que se conozca la verdad a partir de la duda, actuando como un martillo contra el yeso que nos imposibilita hacernos humanos, ese, ese inquietante camino es el que se propugna Lo fantástico, y la CF como una de sus ramas. En este caso lo que hay que resaltar es que Palma plantee tempranamente esta problemática, mostrando, como buen grotesco, la crisis de los cánones clásicos del pensamiento, dentro del cual el hombre “es algo acabado y perfecto” (Bajtin, 1987: 32) cuando en realidad es un fragmento inacabado que tiene la posibilidad de hacerse, de superarse, pero antes habrá de reconocer la angustia de su incompletud.

Queda, pues, la siguiente cita como conclusión de lo que hasta ahora hemos venido exponiendo:

“¿Por qué no me dejo usted vivir en paz, mi vida propia, sin estos desdoblamientos o estos alucinantes estados inciertos que me tortura…aunque no mucho? Si el sufrimiento moral que esto me causa no me enloquece es porque aunque soy reflexiva sigo la corriente del espíritu moderno que ha eliminado en gran parte la preocupación religiosas sobre nuestro destino, esa preocupación religiosa sobre nuestro destino, esa preocupación que hacía antes santas y místicos. La onda agitada y sensualista de hoy me envuelve, como a toda la sociedad, me deja muy pocos momentos de reconcentración espiritual. Solo los que tienen una especial estructura mental o los muy durante azotados por el destino se consagran a la meditación honda de estos tópicos enloquecedores. Perro usted me ha tocado en la llaga y me ha exigido que le hable del asunto…ya sabe usted, amigo mió, lo que tengo adentro. Dígame, pues, ¿Qué y quién soy?” (Palma, 2006: 260).

Por todo lo dicho, la CF no es mero entretenimiento para lectores de comics o fanáticos de rarezas. Quienes la ven así no comprenden su envergadura, su poder, su acción sobre los lectores, ya que “escribir no es un ejercicio gratuito, no es una gimnasia intelectual, no, es una acción que desencadena efectos históricos, que tiene reverberaciones, sobre todo manifestaciones de la vida, por lo tanto, es una actividad profunda, esencialmente social” (Vargas Llosa, 2003: 46). Creemos haber rescatado el ámbito en el que la Ciencia Ficción actúa. Al establecerlo hemos aclarado, en parte, una de sus principales particularidades: el duelo de la ciencia y la realidad como materiales expresivos de su lenguaje, y como a través de su mezcla  (el estilo grotesco) se logra la acción crítica de la Ciencia Ficción. Por un lado encontramos un lenguaje especializado, temas científicos, sociedades ultra tecnologizadas y separadas milenios de nuestra actualidad,  pero, no obstante, el canal por el cual se transmiten es el del lenguaje literario, el del arte, que implica una visión crítica de la realidad.

 

© Christian Elguera Olórtegui, 2008

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(3) Aun en este episodio que responde a todas las características de sátira –rasgo del grotesco romántico–, Palma plantea el asunto del duelo entre pasión y sabiduría, poniendo en claro su partida por la primera, ya que el abandono de la nereidas en parte está justificado por la importancia que el Viejo prefiere dar a los astros.  Este caso recuerda el de la risa de la muchacha de tracia cuando vio a Pitágoras caer en un agujero dada su atención en el cielo más que en la tierra.

 

 

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